Swingers: ¿Pueden funcionar este tipo de relaciones?
En contraste con la tradicional relación monógama, que se caracteriza por su exclusividad emocional y sexual, han surgido alternativas que exploran la sexualidad más allá de la pareja. Una de estas alternativas es el estilo de vida swinger, donde las parejas no monógamas participan en relaciones sexuales esporádicas con otras personas, siempre con el consentimiento mutuo y generalmente en presencia de la pareja, lo que se conoce como «intercambio de parejas».
Origen de los Swingers
El intercambio consensuado de parejas para participar en relaciones sexuales esporádicas como una tendencia social mensurable suele remontarse a la década de los 60 en Estados Unidos. Aunque el intercambio de parejas ha existido durante mucho tiempo, el clima de «revolución sexual» de los años 60 contribuyó a la difusión pública de esta forma de no monogamia consensuada.
El hecho de que Hollywood aceptara un guion que abordara abiertamente la cultura swinger, con sus aspectos positivos y negativos, sus revoluciones y contradicciones, muestra que el intercambio de parejas dejaba de ser un tema tabú, al menos en ciertos círculos. «Bob, Carol, Ted y Alice» se convirtió en 1969 en una película de culto para aquellos interesados en el swingerismo.
Simultáneamente, comenzaron a surgir estudios que examinaban el fenómeno desde una perspectiva científica, así como libros como «El vínculo del placer: un nuevo enfoque del compromiso sexual» (1974) de William H. Masters y Virginia E. Johnson, conocidos por su trabajo en la serie «Masters of Sex». En este libro, Masters y Johnson entrevistan a parejas, abordando aspectos revolucionarios para la época como la responsabilidad sexual y el compromiso sexual, lo que demuestra que este estilo de sexualidad «libre» ya estaba en boga en ese momento, aunque encontrar personas dispuestas a discutirlo abiertamente era un desafío.
La cultura swinger continuó creciendo en los años siguientes hasta la llegada del SIDA a finales de los años 80, lo que cambió radicalmente la percepción y práctica de la sexualidad en el mundo occidental. Sin embargo, cuarenta años después, en un clima que nuevamente favorece la experimentación sexual, incluso dentro de la pareja, las relaciones abiertas y el fenómeno swinger están plenamente consolidados, con la existencia de clubes, aplicaciones y foros especializados.
Normas y Protocolos de los Swingers
Los swingers suelen establecer normas y protocolos claros para garantizar que las experiencias sean consensuadas y satisfactorias para todas las partes involucradas. Esto puede incluir discutir límites personales, practicar sexo seguro y mantener una comunicación abierta y honesta con sus parejas sexuales. Estas normas varían de una pareja a otra y pueden evolucionar con el tiempo a medida que las personas exploran y aprenden más sobre sus propias necesidades y deseos.
Beneficios y Riesgos de las Relaciones Swingers
Para algunas parejas, el swingerismo puede ofrecer una forma emocionante de explorar su sexualidad y fortalecer su vínculo emocional a través de la confianza y la comunicación abierta. Sin embargo, también existen riesgos, como la posibilidad de desarrollar emociones no deseadas hacia una pareja sexual, conflictos de celos o la transmisión de enfermedades de transmisión sexual. Es importante que las parejas que participan en el swingerismo estén conscientes de estos riesgos y tomen medidas para mitigarlos, como el uso de protección y el establecimiento de límites claros.
En resumen, el swingerismo es una forma de no monogamia consensuada que puede funcionar para algunas parejas, siempre y cuando se aborde con madurez, comunicación abierta y respeto mutuo. Como en cualquier relación, es fundamental que todas las partes involucradas se sientan cómodas y seguras en todo momento.
